Estimados desconocidos:
Antes de nada, debo aclarar que estoy aquí contra mi voluntad porque no soy muy amigo de salir de mi retiro de eremita lector en Brocelandia. Ada, la dueña de este blog, que es todo tenacidad, me ha convencido, sin embargo, de que cada semana abandone mi hamaca de hilos de seda extensibles, donde me repanchingo con algún ejemplar de mi colección u otros que me presta Sir Pérciglas, para venir a hablaros de un texto que me haya parecido especialmente absorbente, interesante, inteligente o desternillante…Yo intenté convencerla de que lo hiciera el propio Pérciglas, Caballero de las Palabras al fin, pues ¿quién mejor que él para disertar sobre lo que revelan los libros? Pero no hubo suerte. Así que aquí me halláis, queridos lectores, estudiantes, redactores, editores, paseantes o traductores, dispuesto a aceptar, repito, contra mi voluntad, semejante papel…
¡Corta ya ese rollo, Escueto, que me voy a poner más rojo aún del aburrimiento!
¡Será posible! ¿Quién os ha dado vela en este entierro, en este sepelio, en este…cementerio, inhumación o enterramiento, Salino? (más…)